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El deva de una logia teosófica - Browning

deva

EL DEVA DE UNA LOGIA TEOSÓFICA

Por K. Browning

Hace algún tiempo recibí una carta del Secretario General de la Sección de Nueva Zelandia que me proporcionó un material para discutir. Transcribo algunos párrafos que servirán de texto en mi trabajo.

“UNA LOGIA, viene a la existencia bajo ciertas condiciones astrológicas que afectan toda su vida; algunas nacen sanas y robustas, otras débiles y enfermizas y permanecen así durante años. Si miramos Las Logias, todas tienen sus características peculiares que perduran a pesar de los individuos que entran y salen y de los que la componen. Lo mismo sucede con las secciones y con las razas; cada una de ellas nace bajo la influencia de su propio angel o deva particular, así es que, cuando deseamos que nuestras Logias estén protegidas por un deva, solo estamos esperando lo que tiene lugar en el curso natural de las cosas, y “si nos conducimos sabiamente, trataremos de obrar de acuerdo con el Deva”.

Nada diré acerca de las condiciones astrológicas o el deva de la estrella, sino del Deva que nosotros mismo creamos. Los pensamientos son materia, y se nos ha dicho que cada pensamiento se reviste con materia de los planos suprafísicos y permanece como una entidad independiente durante un tiempo más o menos largo con mayor o menos actividad, según sea el impulso original que se le ha dado, y según éste sea reforzado por nuevas corrientes de pensamiento.

El local de cada Logia puede considerarse como el lugar donde habita la entidad formada por el pensamiento colectivo de los miembros que asisten a las reuniones, y llegamos ahora a lo que nos interesa: “¿Qué deseamos nosotros, que nuestro deva habite en una casa de huéspedes o en su propia casa? En las casa de huéspedes no hay habitaciones adecuadas para el nacimiento de la 'Santa Criatura' ”.

Nosotros deberíamos tener habitaciones aparte para las reuniones de la Logia, de modo que la casa de nuestro Deva no pueda ser perturbada por pensamientos inarmónicos, aunque no sean necesariamente malos, y vibraciones producidas por diferentes circunstancias. Supongamos que celebramos nuestras reuniones en un salón y al día siguiente se celebra un té en el mismo lugar. Creo que nuestro deva se sentiría muy afectado por la desarmonía a causa de las formas de pensamiento allí creadas por las habladurías y chismes, y las discusiones sobre vestidos y diversiones que siempre surgen cuando se reúnen las damas ( y los hombres también) debido a la interacción social.

(1) He consultado a un estudiante de sâncrito muy avanzado, quien me asegura que la palabra “ DEVA” puede dársele a elementos creados por el pensamiento, así como a aquellos seres que siguen una línea de evolución distinta de la nuestra.

Nuestro Deva es afectado por ellas y deberíamos tratar de defenderlo de perjuicio semejante. Nada de lo que he dicho debe considerarse como menosprecio a las reuniones que se celebran en los salones, las cuales tal vez son un medio de difundir nuestras enseñanzas de una manera agradable y habitual.

Me refiero a las reuniones regulares en las Logias y para esto deberíamos habilitar un salón en forma permanente, de modo que nada pueda interferir con el desarrollo armónico de nuestro Deva. En la India, muchas Logias tienen su propio terreno, con edificios preparados para el trabajo teosófico, y cada Logia debería tratar de hacerlo de esta manera.

También deberíamos tratar de que nuestros salones de reunión estén limpios y bellos, porque eso impresionaría agradablemente a nuestro Deva ante los pensamientos de complacencia de todos los asistentes, mientras que lo perjudicaríamos si al entrar al salón la impresión fuese: "¡Pero qué sucio y feo está este lugar!" El salón puede ser sencillo, pero debe estar escrupulosamente limpio y contendrá al menos un objeto de buen gusto, algún cuadro o imagen para estimular la devoción y producir emociones artísticas, porque nuestro Deva debe ser perfecto en todos los sentidos, y el arte y la belleza son muy necesarios, tanto para la evolución de un Deva como para la de una persona.

Nuestras salas no se emplearán para otros propósitos, excepto para los que estén en perfecta armonía con los objetivos de la Sociedad Teosófica. Por supuesto que los salones donde tiene lugar la Escuela Esotérica jamás serán solo para las reuniones de la misma, pero puede permitirse el uso de esos salones para sociedades creadas con el propósito de ayudar a nuestros hermanos, ya sean éstos humanos o animales. La introducción de una línea de pensamiento ligeramente distinta puede a veces ayudar a nuestro Deva a desarrollarse mejor, y contribuye también al desarrollo de los demás miembros, porque si formamos nuestro Deva con nuestros pensamientos y emociones, él reaccionará sobre nosotros y nos ayudará tan pronto nos pongamos bajo su influencia.

En el salón de una Logia teosófica no deberíamos permitirnos ninguna murmuración ni ningún pensamiento poco afectuoso. No hay diferencia alguna entre la murmuración de los teósofos y cualquier otro tipo de murmuración, pero puede haber una diferencia de grado porque los teósofos están tratando de desarrollar sus poderes latentes y por eso cualquier crítica o incorrección tendrá un efecto mucho más intenso cuando sea para mal, que igualará el pensamiento maligno y lleno de despecho generado por mentes menos desarrolladas. Hagamos que en los salones de nuestras Logias abunden siempre pensamientos elevados y palabras afectuosas. Si cada vez que un miembro comienza a decir una palabra dura el presidente de la Logia le suplicase a todos que esa observación se haga cuando se termine la reunión, si la Logia no tiene inconveniente en ello, el lenguaje que prevalecería sería armonioso y seguiría las tres reglas que deben regir todas las conversaciones teosóficas, que son: que en ellas solamente se oiga aquello que es útil, verdadero y agradable. Otro punto relacionado con la evolución de nuestro Deva ( al que debo aplicarle el pronombre “él”, pues no tenemos todavía ninguno que incluya los dos sexos, y utilizar "ello" sería demasiado impersonal y expresaría una ausencia de vida, cuando en realidad nuestro Deva está muy vivo), es la necesidad de que le ayuden en su desarrollo clases diferentes de miembros. No necesitamos contar solamente con la presencia del intelectual por su cabeza; del devoto por su corazón, y del Karma-yogui por sus miembros, porque, de hecho, si uno de estos grupos está presente en exceso, entonces el cuerpo y el alma de nuestro Deva será desproporcionado.

Asimismo deberíamos celebrar tantas reuniones teosóficas como nos sea posible, no precisamente muy concurridas si los que asisten son sinceros y entusiastas, pero con una corriente constante de fuerza que fluya hacia la forma de pensamiento que estamos edificando para recargada continuamente con nuevo poder. Cuando empezamos a estudiar la Ley de las Correspondencias y a considerar al Logos como el gran constructor de los patrones de los seres de Su Universo, podremos obtener alguna luz acerca de la formación de nuestro Deva, construido según los patrones de los pensamientos sostenidos por los miembros de la Logia.

Es una gran responsabilidad, pero también un gran privilegio, el poder tomar parte en la formación de tan magnífica forma de pensamiento cargada de influencias benéficas, que ayudará a todos los que se pongan en contacto con ella, y así nos prepararemos para trabajar en armonía con quienes pertenecen a otros rayos distintos del nuestro. Probablemente nuestro Deva tendrá una individualidad que lo hará pertenecer más a un rayo que a otros, como dice el Dr. Landers, no precisamente porque la Logia haya nacido bajo la influencia de una estrella determinada, sino porque el miembro cuyo poder de pensamiento es el más fuerte y definido será el que tenga una parte más activa en su edificación, y puesto que muy pocos de nosotros podemos ser considerados como desarrollados armónicamente en todos los sentidos, por eso hay Devas de Logias de todas clases. Unos pueden ser fríamente intelectuales; otros activos y batalladores; otros adormecidos e inertes; otros muy cautelosos, y entre estos últimos, unos procurando siempre no ofender con los prejuicios que rodean al instructor de ideas nuevas, y siempre temerosos de chocar con los sentimientos de quienes están envueltos en vestiduras antiguas, o en creencias que el solo pensar en librarse de ellas les causaría tal perturbación que le impediría la libre circulación de la sangre; y aún hay otros que tienen la circunspección desarrollada en un sentido menos agradable, haciendo que el Deva esté mirando siempre su bolsillo y temiendo que las reuniones y conferencias “no den beneficios”.

Sin embargo, un Deva malgastador tampoco sería un guardián conveniente en ninguna Logia, pero en los en los Yoga Sutras de Patanjali (Sección II, 37) dice: "Siendo un hecho la abstinencia de hurtar, todos los tesoros se acercan al que ha adquirido esta virtud”. Y el comentarista añade: "El que ha vencido el amor propio y con ello el deseo de poseer, tropieza a cada paso con las riquezas sin buscarlas", lo cual es otra manera de decir: "Buscad primero el reino de Dios y Su Justicia, y todo lo demás os será dado por añadidura". Los que crean ilusiones en este sentido, mantienen en el Deva de su Logia la tendencia a la tacañería y el miedo a hacer gastos razonables que serían de servicio a los Grandes Seres.

Asimismo, quienes ven que el dinero no se gasta con libertad para el trabajo necesario de la Logia, deberían examinar sus propios corazones y ver si ellos han sobrepasado "el deseo de poseer", si los objetos que desean son físicos, astrales, mentales, o espirituales: esto es, si han vencido por completo "el deseo de poseer lo que beneficie al yo personal". Una Logia que contrae deudas sin la esperanza de sostenerse sola inspira piedad, pero el dinero que se invierte en la labor de los Maestros es bien empleado, especialmente si es el medio de cultivar el hábito del propio sacrificio entre los miembros.

El Sr. [Charles] Leadbeater, en uno de sus artículos, nos recuerda un himno en que se dice que las joyas de la corona celestial son las almas de aquellos que han sido ayudados en el Sendero de rectitud por un alma generosa. Además, hay entre nosotros quienes prefieren comprar un sombrero nuevo en esta vida, en vez de gastar el dinero de un modo que pueda proporcionarnos un adorno lleno de joyas para el futuro. El buscar y adquirir libros o contribuir a los gastos de una conferencia pueden ser los medios de ayudar a un alma en gran necesidad. Es preciso que estas bendiciones lleguen, y feliz aquél que pueda ser agente para que ese beneficio tenga lugar. Es una idea fascinante pensar que cuando estamos en una Logia llegamos ante la presencia de un Ser magnífico, lleno de gracia, sabiduría y benevolencia, a quien nosotros mismos hemos ayudado a crear. Si tomásemos parte en la construcción de un modelo de estatua griega, ¡cómo nos deleitaríamos en la contemplación de nuestra obra!, pero no habiendo desarrollado la visión en los planos suprafísicos, solo podemos sentir los efectos de nuestra labor.

Si alguien objetase acerca del uso de la palabra Deva aplicada a la forma de pensamiento creada por los miembros, o pensase que esto es algo fantástico e imaginario, hay, sin embargo, un punto en el que podemos estar de acuerdo y reconocerlo como cierto, y es que en cada salón donde se celebran las reuniones de una Logia hay una influencia de la cual pueden darse cuenta los miembros que son más sensibles y capaces de responder inconscientemente a esas vibraciones, pero esta influencia afecta también a las demás personas aunque ellas ignoren el origen de los pensamientos nobles y elevados que acuden a sus mentes cuando asisten a las reuniones. Nosotros somos responsables de afectar el ambiente que nos rodea y de dejar una impresión con nuestros pensamientos y emociones, pero tenemos una responsabilidad aún mayor, que debería ser considerada seriamente por cada uno de los miembros de una Logia.

Si la forma de pensamiento colectiva se construye con armonía, ésta puede ser vivificada por las corrientes de vida de los Santos Seres, y convertirse en un canal a través del cual la corriente del Espíritu puede verterse. "Donde se reúnan dos o tres en mi nombre, Yo estaré entre ellos". La Divina Presencia puede entonces enfocar su gracia en la forma de pensamiento que nosotros hemos creado. El DEVA de nuestra Logia puede irradiar la paz que sobrepasa todo entendimiento, si hemos creado en él las tres cualidades esenciales: Voluntad, Sabiduría y Acción, por medio de la devoción, el estudio y el trabajo, haciéndolo de un modo tal que Él pueda morar entre nosotros como reflejo del Sat, Chit y Ananda o la manifestación del LOGOS.

La finalidad de esta obra, que puede parecer insignificante, es que podamos meditar sobre esto porque hay en ello una profunda enseñanza.

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NOTAS:

Sat: (Sâns.) La única Realidad siempre presente en el mundo infinito; la Esencia divina que es, pero de la cual no puede decirse que existe, por cuanto es la Absolutidad, la Seidad misma, cualquier cosa buena o útil.

Chit: (Sâns.) Conciencia pura y abstracta. Inteligencia, conciencia , mente, pensamiento, percepción y corazón. – Pag 140. Dicc. Teosófico.

Ananda: (Sâns.) Bienaventuranza, alegría, felicidad. nombre del discípulo predilecto de Gautama, el Señor Buddha. El estado de bienaventuranza en el cual el alma se sume en el Espíritu. (Pág 37, Dicc. Teosófico).

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